Piso Luanco

En la vivienda original nos encontramos con una distribución propia de la época de construcción del edificio, con una cocina pequeña que da a patio interior. Los tabiques divisorios de la cocina y el salón, junto con el recibidor, restan mucho espacio de vivienda en la zona de entrada. Además, se pierde mucha iluminación natural.

Uno de los requisitos de la familia era fusionar el espacio de la cocina y el salón, ya que les encanta cocinar. Generando este espacio diáfano pueden estar cocinando y charlando a la vez. Se integra una isla con barra en la cocina, que también articula la circulación en la vivienda y funciona como elemento diferenciador de estancias.

Prescindir de los tabiques existentes en la zona de entrada, además de un máximo aprovechamiento del espacio, lo dota de mucha luz. Apenas se aporta gasto eléctrico por iluminación ya que no es necesaria hasta que cae la noche en el exterior, que en verano coincide con momentos de relajación, viendo la tele o durmiendo. En invierno si se necesita un gasto un  poco mayor debido a la hora a la que anochece.

La habitación que está contigua a la cocina era muy pequeña. Al redistribuir el espacio de las zonas comunes se le pudo ganar espacio a la cocina. Se empleó ese espacio para generar un armario empotrado, lo que dotó al cuarto de una utilidad de habitación mucho más amplia y cómoda.

La habitación grande existente se dividió en dos de un tamaño menor. Era importante generar el máximo de habitaciones posibles dada la naturaleza del proyecto de rehabilitación.

En el baño grande se sustituye la bañera por ducha, buscando funcionalidad y espacio, tanto físico como visual. Se optimizan los entrantes de las paredes, empotrando el WC y colocando una balda sobre el mismo para generar espacio integrado de almacenamiento.