AUTOPROMOCIÓN O VIVIENDA DE UN PROMOTOR INMOBILIARIO
Una de las necesidades básicas del ser humano desde el principio de los tiempos es el refugio, o lo que es lo mismo, la vivienda. Desde la vida en comunidad en las cavernas hasta la diversidad de opciones actuales. Unifamiliares, multifamiliares, en entorno urbano, en entorno rural, primera residencia, segunda residencia… Para dar solución a esta necesidad hay diversidad de alternativas, tanto desde el punto de vista del formato final hasta la forma en la que se llega a él. Es aquí donde los aspirantes a la vivienda propia pueden elegir: autopromoción o adquisición de la vivienda a un promotor inmobiliario.
La compra a un promotor significa que un tercero, ente privado o público, desarrolla un proyecto de vivienda. Y lo hace con sus recursos económicos, que pueden ser propios o de terceros (financiación o subvenciones). El objetivo: obtener un beneficio económico en el caso de promotores privados o social en el caso del ente público.
Este promotor puede ser a la vez constructor o contar con un tercero adicional que construye para él. En este caso, únicamente aporta capital.
El autopromotor, en cambio, es quien aporta los recursos económicos al proceso de construcción de su vivienda. Lo puede hacer con sus recursos propios o bien contando con financiación y/o subvenciones, para finalmente obtener como resultado su vivienda.
Como puede deducirse, en el primero de los casos, la tercerización del proceso implica un valor de compra más alto. Esto se debe a que existen más agentes implicados que, por tratarse de un intercambio mercantil de un bien por un valor, obtendrán un beneficio económico del proceso.
En el caso del autopromotor, el ahorro económico frente a la adquisición de un producto terminado suele estar entre un 15% y un 30% dependiendo de los casos. Esto es posible al eliminar parte de los beneficios de terceros implicados.
¿Existen entonces ventajas en comprar a un promotor respecto a ser autopromotor? La respuesta es que depende de la situación de cada persona.
La ventaja de la autopromoción es el ahorro económico final. La ventaja de la adquisición a un tercero es que no es necesario conocer todo el proceso que implica convertir un terreno en blanco en una vivienda con los permisos necesarios para habitarla.
En cualquiera de los casos, en PIDAC trabajamos tanto de la mano de los autopromotores para guiarlos en todo el proceso, como con los promotores públicos o privados que quieren desarrollar proyectos para venta. Puedes consultar alguno de nuestros proyectos aquí.